joyeria para incineracion

¿Cómo se hace y cuánto cuesta hacer un testamento?

Para muchas personas la muerte es aceptada como un evento ineludible, inevitable y que tendrá lugar en cualquier momento. La madurez de muchas personas en este sentido, les hace tomar las previsiones requeridas para dejar una exposición escrita de última voluntad. Culturalmente hemos asociado de manera indisoluble el testamento con la expresión de voluntad tras fallecer. Sin embargo, la realización de un testamento no es exclusivo de personas con una gran solvencia o con numerosas propiedades.

En un testamento no necesariamente se realiza una repartición patrimonial o se establece la repartición de la herencia de una persona.  Un testamento, puede contener una expresión de voluntad sobre temas como la característica de los ritos funerarios o la disposición de sus restos.  Algunas personas pueden pedir a sus deudos que sean inhumados, incinerados y que sus cenizas sean convertidas en joyería de incineración. En España, la legislación reconoce a la manifestación de última voluntad como un derecho de la persona, incluso después de su muerte.


¿Legalmente, es válido un testamento?

La Ley 41/2002, establece que se debe respetar la última voluntad de una persona. Como un acto de obligatorio cumplimiento por las autoridades, familiares o allegados. Por supuesto, esto se considera mientras no contravenga las leyes nacionales, autonómicas o locales. Mientras no conlleven la violación de normas establecidas o que exponga al escarnio público a sus familiares y seres queridos. La ley es clara en determinar los límites en los que un testamento vital pierde sustancia y obligatorio cumplimiento. Cuando la última voluntad del difunto viole la ley, las ordenanzas o comprometa la seguridad de las personas.

Un testamento puede incluir una condicionante sucesoria, la cual debe estar avalada legalmente por un tribunal y por la Administración Tributaria.  Por otro lado, una persona puede indicar ciertas condiciones de sus propios actos fúnebres, disposición de sus restos u otros detalles relevantes. De nuevo, si estas disposiciones no violan las normativas vigentes, se consideran como de obligatorio cumplimiento. Deseos como esparcir las cenizas al mar o en otros lugares públicos, están taxativamente prohibidas por ley.

Sin embargo, pedir que se transformen sus cenizas en joyería de incineración y sean repartidas entre sus allegados, se considera como un acto moralmente obligatorio.


¿Cómo se hace un testamento?

Un testamento puede estar redactado por un letrado, más no es necesariamente obligatorio. La ley no prevé que un testamento vital sea redactado por un abogado especialista. Sin embargo, cuando se trata de una declaración sucesoria, se recomienda la asesoría legal especializada. Los abogados en sucesiones, son los encargados de establecer los parámetros legales y viables para estas declaraciones de herencias. No obstante, para la legalización de un testamento vital y declaratoria de última voluntad, no se considera obligatorio la asistencia legal.

Lo que se debe hacer, es hacer pública esta declaración a través de un notario. Este debe refrendar el testamento vital y última voluntad de una persona. Para ello se consideran como válidos que la persona se encuentra en pleno uso de sus facultades mentales y que no actúa bajo engaños, coerción o compromiso.


¿Y si no se hace testamento?

En el caso de las sucesiones, la disposición de los bienes de una persona fallecida se reparte en partes iguales entre sus hijos. El cónyuge o pareja de hecho, tiene el derecho del usufructo de un tercio de los beneficios producidos por los bienes y el 50% de los gananciales. Si la persona no tuviese hijos, se reparte entre familiares ascendientes o filiales. En relación a las disposiciones funerarias o de los restos, corresponderá a una decisión consensual entre los familiares directos.

cristales con cenizas

Diferencias entre incineración y cremación

Perder a un ser querido hace que nos enfrentemos a una de las situaciones más dolorosas que pasaremos a lo largo de nuestras vidas. Para confrontar la pérdida no tenemos ninguna preparación previa, en ocasiones se prevé que sucederá debido a enfermedades o a avanzada edad, pero jamás conocemos los pasos para sobrellevar esta situación de la manera menos dolorosa posible. 

Cuando perdemos a alguien, no solo hay que afrontar que jamás volveremos a verle, sino que además hay que realizar una serie de trámites legales, permisos, funerarias, féretros y una serie de actividades que probablemente desconocemos y no nos veamos preparados debido al momento por que estamos pasando.

Una de las decisiones que tenemos que tomar es acerca de qué hacer con los restos mortales de nuestro ser querido si el difunto no ha dejado una voluntad expresa sobre qué hacer, si inhumación o cremación

En la última década, la opción de la cremación ha ganado terrenos por suponer menores complicaciones para la familia del difunto. En estos momentos, tomar ciertas decisiones puede aumentar el estrés, sobre todo si sufre la confusión de tener que decidir entre incineración o cremación. 


¿Realmente hay alguna diferencia?

Si lo vemos desde el punto de vista lingüístico, no hay diferencia alguna, pues no entrañan ningún proceso adicional o añadido. Sin embargo, el acto que acompaña las exequias de un difunto y que somete al cuerpo a altas temperaturas, se debe denominar cremación. Aplicar uno u otro término, no acarrea ninguna alteración de procesos, simplemente que el término cremación se aplica exclusivamente a la incineración de restos mortales. La incineración comprende un término más amplio y que abarca la transformación térmica de cualquier materia orgánica o inorgánica.

Por lo tanto, la forma más adecuada de referirse al acto que se realiza para la transformación en cenizas de un cuerpo humano, es la cremación


¿Por qué es más económico que un entierro?

La cremación puede llegar a suponer un ahorro del 70% respecto a la inhumación.  La inhumación acarrea la adquisición de una propiedad de bienes raíces, como lo es una parcela en un cementerio, un nicho vertical o un espacio en un panteón. Supone también unas exequias que llevan consigo una ceremonia, una lápida y ornamentos, que suelen ser costosos. 

Las parcelas de camposantos, ameritan el pago de cuotas de mantenimiento mensual o anual. Impuestos municipales y otros gastos asociados. La cremación, sólo implica un coste asociado al proceso del horno crematorio y la urna contentiva de las cenizas resultantes.


¿Qué hacer con las cenizas?

Algunas personas mantienen las cenizas en columbarios, nichos en iglesias, cementerios o lugares públicos especialmente adaptados.  Estos espacios, acarrean una cuota de mantenimiento y adquisición, que puede variar entre un sitio y otro. Otros las mantienen en espacios diseñados para tal fin en sus propias casas. Aunque muchos especialistas en duelo, son contrarios a esta práctica.

Muchos difuntos dejan especificado esparcir sus cenizas en lugares públicos o naturales. Sin embargo, esta práctica está bastante restringida y en algunos casos, totalmente prohibida. Conviene pensar en el destino que daremos a las cenizas de nuestros familiares antes de contravenir alguna ley o tomar acciones equivocadas.

Lo más sentido, económicamente viable y que deja un hermoso recuerdo en nuestros familiares, son las joyas de cenizas. cristales con cenizas, diamantes con cenizas, cristales, retratos y colgantes para cenizas, son parte de las creaciones más populares entre familiares y amigos. El arte y la belleza de las creaciones de cenizas, son la manera más bella de rendir un justo homenaje a nuestros seres queridos y llevarlos siempre con nosotros.

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Inhumación y cremación: Diferencias

Despedir para siempre a un ser querido es un momento que nos dejará marcados para el resto de nuestras vidas. Decir el último adiós a alguien con quien hemos compartido numerosos momentos es muy duro. 

Los ritos funerarios que sobrevienen a la muerte son actos que varían diametralmente en diferentes culturas. Los funerales y disposición de los restos fúnebres de las personas varían en muchas regiones del planeta.


Funerales en otras culturas

En países como la India, se practica la incineración en el Ganges. En ciudades como Nueva Orleans en Estados Unidos, el entierro se acompaña de una fiesta que despide al difunto a lo grande.

En México, las celebraciones del día de muertos, confiere a cementerios y mausoleos, una connotación especialmente sentida.

España y la mayoría de los países occidentales, siguen una tradición funeraria centenaria y que no ha tenido mayores variaciones de fondo en los últimos siglos.

Sin embargo, desde el último siglo, la incineración o cremación ha penetrado nuestra cultura y hoy en día se plantea como una opción cada día más frecuente. Hasta hace menos de medio siglo, el gran porcentaje de los difuntos eran inhumados en camposantos municipales o privados. Pero como la vida, la muerte también ha evolucionado inmensamente en el último medio siglo. Las prácticas funerarias de nuestros antepasados y las nuestras han tenido variaciones.

Veamos las principales diferencias entre las dos formas más frecuentes de manejar los restos de nuestros seres queridos.


Inhumación

Del latín procede el término humus, es decir, la tierra. La inhumación o entierro, define la disposición del cuerpo dentro de la tierra. En cementerios, camposantos, mausoleos, panteones, criptas o nichos, se depositan los restos mortales de una persona.  La inhumación es una costumbre que se practica en la mayoría de los países del mundo desde tiempos bíblicos. La iglesia católica reconoce a los terrenos santificados como único lugar de descanso eterno del cuerpo.

Asimismo, el resto de las religiones monoteístas como la judía o musulmana, reconocen a los cementerios, nichos o criptas consagrados como único espacio permitido. La bendición de los sacerdotes, imanes, pastores o rabinos, da carta abierta a cementerios para la inhumación autorizadas religiosamente. A pesar de ser la forma más tradicional, religiosa y culturalmente más difundida, su práctica se ha reducido significativamente en los últimos años.

En las grandes ciudades, se han levantado verdaderas necrópolis que ocupan espacios gigantescos y cada vez más costosos. El mantenimiento de estos terrenos, el ornamento y la manutención de parcelas de cementerios y jardines, supone un gran esfuerzo para muchas familias.  Esto hace que cada vez más personas eliminen la inhumación como última voluntad de disposición de sus restos mortales.


Cremación

La cremación es una técnica que permite la exposición a altas temperaturas de un cuerpo hasta transformarlo en cenizas. Es una práctica ancestral que se practica en decenas de culturas desde tiempos muy antiguos.   En la actualidad, se ha erigido como la forma más popular de disposición de cenizas mortuorias, por su practicidad y rapidez del proceso. Pero, lo más resaltante es que su precio es varias veces menor a la inhumación.

Como resultado de la cremación, se obtienen unas cenizas. Estas cenizas, pueden ser dispuestas en nichos, espacios públicos e incluso en espacios privados.


Sin embargo la manera más sentida de disponer de las cenizas de la cremación de un cuerpo, es la transformación en joyería de incineración. Diamantes, cristales, retratos o colgantes para cenizas, son los recuerdos más bonitos, sentidos y cercanos de nuestros seres queridos.

¿Ha fallecido un familiar y no sabes qué hacer con sus cenizas? Te damos opciones

El fallecimiento de un familiar es un proceso por el que todos tenemos que pasar en algún momento. El dolor del duelo puede llegar a parecer insoportable, aunque es el momento de tomar decisiones para que el recuerdo de nuestro ser querido se mantenga imborrable en nuestros corazones y, por supuesto en el día a día.

Las fases del duelo

Es importante saber que la tristeza es completamente natural cuando se pierde a un ser amado. En ningún momento hay que negarla ni ponerle barreras. Lo que se ha ido es una pieza importante de nuestra vida, un ser con el que hemos compartido buenos y malos momentos y que, por lo tanto, es como un trozo propio.

El duelo comienza normalmente con una fase de shock en la que nos cuesta asumir que lo que está pasando lo está haciendo realmente. Aquí suelen aparecer la angustia, la tristeza más profunda y el abatimiento.

Con todo, esta fase deja paso rápidamente a la de la aceptación, que no tiene que ser menos intensa que la anterior. Es más, la pena suele ser menos visible, pero más profunda, ya que se ha tomado conciencia de que la vida ha cambiado completamente y que nunca volveremos a ver a nuestro ser querido.

Por último, se llega a la aceptación definitiva, un estado en el que la vida ha vuelto a la normalidad y en el que la ausencia se ha convertido en algo cotidiano. La tristeza sigue existiendo, pero las obligaciones del día a día desplazan su lugar central y su importancia.

No obstante, mucho antes de que llegue este último paso hay que enfrentarse con una compleja decisión. Esta no es otra que la de decidir qué hacer con los restos de nuestro ser querido.

¿Qué opciones existen?

Por encima de cualquier otras, las opciones más comunes para dar un merecido descanso a los restos de una persona fallecida son la cremación y el enterramiento.

La segunda de ellas es la más clásica, aunque también es la que representa más inconvenientes. Para enterrar a un difunto es necesario comprar o alquilar una parcela en el cementerio y hacer un gasto importante en tareas de mantenimiento de la tumba y otros aspectos similares.

Además, la falta de espacio y la contaminación son aspectos que no hay que perder de vista así como así. Por el contrario, cremar a un difunto es ecológicamente sostenible, rápido y mucho más económico que el enterramiento.

Estas ventajas son las que están provocando que cada vez más personas se decidan por esta acción. Incluso en vida, alguien puede tomar la decisión de optar por la cremación ahorrando a sus familiares el tener que decidir cuando él ya no esté.

¿Qué hacer con las cenizas?

También aquí hay dos opciones. En primer lugar, la urna funeraria de toda la vida sigue estando presente, aunque una joya con cenizas se ha abierto paso en los últimos años como un remedio mucho más discreto, cómodo y elegante de recordar a un ser querido.

La joya con cenizas no es más que un pequeño accesorio que contiene las cenizas de nuestros seres queridos. Unos pendientes, un colgante o un charm pueden ser una joya con cenizas dejando un pequeño espacio interior para introducir una parte de los restos de la cremación.

Esto está lleno de ventajas, y es que desde Eternima hemos comprobado que las personas que optan por una joya con cenizas mantienen el recuerdo de sus seres queridos muy presente. Todo, además, de una forma muy discreta, ya que la joya con cenizas es ideal para formar parte de la vestimenta diaria sin llegar a llamar la atención en ningún momento.

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